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Durante estos meses en los que las temperaturas alcanzan sus valores máximos tiene lugar el proceso del pelecho del que dependerá, en gran parte, el que nuestros compañeros se encuentren en perfectas condiciones para afrontar la nueva temporada de caza.
Debemos extremar ahora los cuidados del reclamo
Lo primero que debemos tener en cuenta es el lugar donde
ubicaremos los terreros donde pasarán este periodo, siendo aconsejable
que sea el mismo donde pasan el resto del año. Tomando las precauciones
necesarias para evitar exposiciones prolongadas al sol, que les
producirían la muerte por asfixia, son ideales los lugares donde les
dan los primeros rayos de sol o bien los del atardecer, pero, repito,
sin exposiciones prolongadas al astro rey.Cuidados durante el pelecho
Para que el mencionado proceso obtenga el éxito deseado, debemos poner todo nuestro empeño en los cuidados, tanto higiénicos como alimenticios, para conseguir que, cuando les den las fiebres que les provocan el pelecho, se encuentren en las mejores condiciones físicas posibles. Sobre este tema, como en otros referentes al reclamo, existen tantas tendencias como jauleros. Por ello voy a exponer cuál es mi tendencia desde que soy jaulero —más de cuarenta años, los mejores bajo la tutela y batuta de mi tío y maestro, Sebastián Luque, q.e.p.d., natural de Almogía, Málaga—.Hay que cambiar diariamente, si es posible, del agua, pues siempre les caerá la tierra de los terreros, lo que podría transmitirles alguna enfermedad infecciosa; si el lugar donde están es muy caluroso, se puede cambiar hasta dos veces por día. © Alejandro Jurado.
Alimentación
La tierra se la iremos cambiando cada quince días
Es crucial la alimentación y, en este sentido, tengo la
costumbre de no cambiar a lo largo del año los alimentos que les
suministro, que no son otros que un revuelto de trigo, veza, cañamones,
garbanzos y maíz, con la única salvedad de pequeñas ayudas que
variarán según la época en la que estemos, siendo durante el pelecho a
base de productos que les refresquen —manzana verde, lechuga, pepino,
etc.—. Esto lo haremos no más de dos veces por semana para evitar
producirles desarreglos intestinales, que tan nefastas consecuencias
traen. Imprescindible en esta época es vigilar las defecaciones, pues
son el primer indicio para notar infecciones que puedan contraer y que,
cuanto antes detectemos, más posibilidades tendremos de curar y salvar
su vida. Es adecuado desinfectar los terreros con cualquier insecticida
de los existentes en el mercado, y esto lo haremos cada dos cambios de
tierra, salvo que observemos cualquier insecto o larva, en cuyo caso
lo haremos inmediatamente que lo veamos. Igual de importante es
observar una pérdida repentina de peso, ya que ésta suele sobrevenir
por la presencia de algún tipo de piojillo, insecto o larva, tal y como
hemos comentado.Durante la época del pelecho debemos incrementar los cuidados de nuestros amigos los reclamos, ya que es la época en las que se suelen producir más bajas en nuestro jaulero, pues no olvidemos que las altas fiebres que sufren, unido a las altas temperaturas ambientales, les hacen más vulnerables a todo tipo de enfermedades. © Alejandro Jurado.
Vuelta a la jaula
En cuanto al momento de volver los reclamos a la jaula —desinfectada previamente—, soy partidario de hacerlo un mes antes de comenzar la temporada, en el caso de reclamos ya cazados —y, por tanto, habituados a la jaula—, y dos meses antes en el caso de los pollos nuevos, con el fin de que se hagan a su nuevo lugar de residencia, teniendo en cuenta que estos últimos no se suelen cazar hasta el final de temporada, lo que significa que dispondrán de casi tres meses de adecuación a su nuevo medio. Todo lo que sea adelantarlo a estas fechas producirá, en muchos casos, un encele prematuro que condicionará su estado óptimo cuando llegue la hora de salir al campo, ya que no debemos olvidar que la temporada se alarga durante 42 días, y en nuestras manos estará el poder cazarlos durante el mayor número de jornadas posibles, por descontado, en el mejor estado de celo posible.En el momento de pasarlos al terrero, desparasitaremos internamente a los pájaros con cualquiera de los productos existentes para ello en el mercado. © ANCREPER.
Preparación al celo
Soy contrario a llevar más de un pájaro al puesto
Es llegado este momento de prepararlos para el celo cuando se
producen las mayores controversias, pues son muchos los aficionados que
intentan que sus pájaros se encuentren en un estado de celo óptimo
para los primeros días de caza, para lo que suelen darles algún tipo de
vitamina, lo que, unido a los piensos de celo y otro tipo de
complementos alimenticios que les suministran, provocarán que mediada
la temporada alcancen un exceso de celo —en el argot, pasados de celo—,
que nos llevará a tener que prescindir de ellos en pleno apogeo de la
temporada o, en el mejor de los casos, a tener que utilizar distintos
medios para intentar rebajarles ese exceso de fogosidad. A los que no
la hayáis hecho nunca así, os invito a que lo intentéis con uno de
vuestros reclamos y ya veréis el resultado que os puede dar. Soy,
igualmente, contrario a llevar más de un pájaro para un puesto, pues
esto hace que en muchas ocasiones no se le dé más de media hora para
hacer su trabajo.Mi sistema para conseguir el encele de mis pájaros no es otro que dejar que lo hagan naturalmente a medida que vayan saliendo al campo, a sabiendas de que los primeros puestos no estarán en perfecto estado, pero con ello consigo que se vayan encelando a la par que lo hace el campo, y les puedo asegurar que las mejores faenas se producen cuando hay igualdad en este sentido con sus congéneres, las camperas, que, en definitiva, es la principal condición que se debe dar para disfrutar de esas faenas que hacen que esta afición nos cale cada vez más y con más fuerza.
El reclamo necesita que le demos el tiempo adecuado para que veamos qué es lo que tenemos en la jaula, y no olvidemos que en un puesto de una hora y media o dos horas se dan muchas y variadas circunstancias que serán las que, en definitiva, califiquen a nuestro pájaro. © José D. Gómez.
Ha pasado casi un largo año desde que metimos a nuestros pájaros en los terreros; han pasado muchos días de cuidados, mimos, atención a cualquier anomalía que pudiera surgir... y es ahora cuando veremos el resultado de todo ello; ha llegado el momento de salir al campo y disfrutar; nuestros desvelos, un año más, habrán merecido la pena; por fin nos encontramos los dos solos; por fin volvemos a vivir esa complicidad que hace de nosotros gente especial, para muchos gente rara, pero especial al fin y al cabo .
Desde aquí hago un llamamiento a los viejos jauleros para que promulguen esta doctrina. Entre todos tenemos que conseguir que los que nos vienen detrás puedan disfrutar tal y como lo hemos hecho nosotros de esta sin par afición. De nosotros, única y exclusivamente, dependerá que la caza de la perdiz con reclamo no pierda ese embrujo, como bien dice nuestro amigo que la hace ser diferente a todas, ese sentir que hace que me merezca la pena ser jaulero.
PREPARAR NUEVOS POLLOS PARA LA SIGUIENTE TEMPORADA DE RECLAMO:
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