Dejando a un lado la
apasionante vida de nuestra perdiz roja me gustaría ofrecer unos
consejos sobre la forma de cazar de los reclamos, sin el ánimo de sentar
cátedra, sino con la intención de compartir parte de mi experiencia.
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No me gustaría pasar por alto el tema de la preparación de los
reclamos y la alimentación de nuestros aliados durante el periodo de
caza, partiendo siempre de la base de que hay opiniones para todos los
gustos, las cuales, por supuesto, me merecen el mayor respeto.
Además de piensos de alta energía, que los hay bastante buenos, yo alterno éstos con un revuelto de semillas
Conozco a muchos aficionados que creen que es mejor que
coman todo el año la misma alimentación. En mi opinión, efectivamente,
creo que una persona sobreviviría si todos los días comiera lentejas y
pienso que sus instintos no cambiarían; pero, ¿es lo normal? ¡Yo creo
que no! La misma especie en su hábitat natural varía la alimentación en
función de la época: cuando hay semillas en los meses calurosos las
complementan con agua, o cuando hay brotes tiernos centran su
alimentación en éstos y dejan de ir a los bebederos. Igualmente toman
bellotas, aceitunas y un sinfín de alimentos variados según su hábitat.Particularmente, diferencio tres etapas. Una de ellas es el celo, pues considero que dos meses antes (noviembre y diciembre) y durante el propio celo (enero, febrero y marzo) hay que reforzar la alimentación. Además de piensos de alta energía, que los hay bastante buenos, yo alterno éstos con un revuelto de semillas, y refuerzo puntualmente, y sin abusar, con cañamones, almendras partidas, etcétera.
La muda es la segunda época en la que hay que estar también muy encima de nuestros reclamos. La alimentación, en mi caso, la refuerzo con un poco de choque vitamínico en el agua, para que le sirva de ayuda. Por lo demás, un pienso de mantenimiento o trigo. Respecto al lugar de la muda, hay que decir que debe ser lo más higiénico posible, y hay que cambiar la tierra cada semana, y si le da algo de sol, mejor.
Por último, durante el resto de los meses, con agua y trigo o un pienso de mantenimiento es suficiente. Hay pájaros, sobre todo si son de campo, a los que no le hace mucha gracia el pienso; a éstos yo les suelo poner trigo y suele ir bien.
Forma de cazar los reclamos. En primer lugar, diferencio los tres meses que se pueden cazar, es decir enero, febrero, y marzo. Particularmente, utilizo los reclamos con experiencia, de cuatro o más celos, para el mes de enero.
¿Cuántos reclamos no echamos a perder por sacarlos en días con mal tiempo y por no oír campo van perdiendo el afán de llamar?
La razón es que suelen —no tiene que ser la norma porque
cada pájaro es un mundo— encelarse antes, y eso, unido a que en el campo
no suele haber verdadero celo —aunque se cace en la zona baja—, desde
mi punto de vista es lo más aconsejable. En la medida que va entrando
febrero —y siempre dependiendo de cada animal, que insisto que cada
uno es un mundo, pues incluso de un año a otro puede variar su época de
máximo celo según los cuidados que se le dispensen de alimentación y
sol— se le debe ir dando la alternativa a los pájaros de dos y tres
celos que ya tienen algo de experiencia, sin ser aún veteranos. Se
encuentran ya que la perdiz en el campo está hecha pares, con lo que se evita que entre a bandos con varias perdices, lo cual tendría malas consecuencias para el inexperto.El vivir en jaulas no es óbice para que nuestros pájaros no disfruten de la suculenta alimentación que depara la naturaleza a los salvajes.
Volviendo a las enseñanzas de Rosendo Castaño, mi suegro, me cuenta que antiguamente ponían un cubo en la puerta del cortijo y de madrugada se levantaban para cazar si no había hielo —quería decir si esa noche no había helado y, por lo tanto, las perdices cantarían esa mañana—. Por el contrario, cuando había hielo en el cubo, no se cazaba y el puesto se cambiaba por la vuelta a la cama y ¡mañana será otro día! Claro en aquellos años no había ni tan siquiera períodos de veda, ni cotos. Es decir, cazaban cuando querían y donde querían, y era otra forma de disfrutar de esta afición.
La potencia y el vigor de un animal de campo puede darse exactamente igual en un reclamo si éste recibe la alimentación adecuada.
Me queda recordar a mis compañeros de afición que es al cerrarse la veda cuando se ve a los verdaderos amantes de esta caza, pues es cuando nuestro cuidado se hace más necesario e ingrato, ya que faltan ocho meses para la vuelta. No debemos relegar a los reclamos al retiro y al olvido hasta el próximo celo: difícilmente podrá disfrutar la próxima temporada si no se deleita con su cuidado y admiración durante los doce meses del año.
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