miércoles, 13 de febrero de 2013

CUANDO CANTA LA PERDIZ...

Cuando canta la perdiz... se alegra el espíritu del veterano jaulero que se queda embelesado, absorto y fascinado escuchando los maravillosos recursos sonoros que dispone esta maravillosa ave.

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La postura que adopta para emitir sus cantos, que se visualiza al levantar las plumas de la cabeza, o enmoñarse, erguido, como queriendo que los ecos de sus sonoros y potentes cantos lleguen lo más lejos posible y así comunicar de esta forma, a sus congéneres, su presencia.
Les vale también para marcar su territorio y evitar la posible invasión de otras parejas vecinales que pretendan usurpar el territorio ya ocupado. Por ello, es lógico verlos encaramados en las atalayas que disponen en su territorio para “pregonar” a veces sus intenciones belicosas de batirse con aquellos que pretendan introducirse en su querencia.
De igual manera los distintos cantos y sonidos les valen para comunicase entre sí. Muchas veces estos mensajes sonoros persuaden a los posibles contrincantes que desisten de sus iniciales intenciones de batirse con aquél que demuestra en sus cantos mayor agresividad y fortaleza. Es por ello que los enfrentamientos directos suelen darse con poca frecuencia, pues en las fases comunicativas, o intercambios sonoros, saben con el rival que tienen que enfrentarse y optan, en consecuencia, por iniciar una prudente retirada, aquellos que se sienten inferiores.
Una de las claves más importantes a la hora de practicar la apasionante modalidad de caza, que es la del reclamo de perdiz macho, es la referida a saber conocer en profundidad todos los cantos y sonidos que emite la perdiz desde que nace hasta que es adulta.
Ya no sólo el conocimiento de todos ellos es de gran importancia en el mundo cuquillero, para saber que tipo de recurso sonoro está utilizando en un momento determinado, sino también la interpretación de todos y cada uno de ellos.
El saber descifrar, interpretar y conocer los cantos y sonidos que utiliza el reclamo en cada una de las fases del puesto es de gran importancia para el veterano jaulero, que en la soledad del puesto disfruta interpretando todos los recursos sonoros que utiliza su reclamo en los mensajes que envía al campo.
Cuando la voz guerrera del campo se hace oír por los distintos lugares, se acelera el pulso del jaulero que calcula los distintos pares que defienden su territorio, las distintas aproximaciones que se producen ante las insinuantes y persistentes llamadas de nuestro reclamo que sabe, por los mensajes sonoros que se intercalan, con cuales pueden obtener éxito.
Los ojos semicerrados, la moña levantada, el pico entreabierto, erguida su postura... así el campero emite su concierto particular haciéndose, de esta forma, fuerte en su terreno.
Cuanto canta la perdiz... y el cuquillero es testigo, dentro del tollo, de todos los pormenores que se desarrollan en un puesto llega a entrar en tal estado de concentración que todo queda supeditado a lo que allí vive y siente. Sensaciones altamente gratificantes que recordará una y otra vez a lo largo del año y que servirán para querer repetir cuanto antes esas escenas... con la práctica de esta apasionante modalidad venatoria...
Cuando canta la perdiz... el jaulero tiene le enorme suerte de oír los dulces y seductores TITEOS, arrumacos amorosos destinados a las hembras; voces destempladas enmarcadas en sonoros REGAÑOS; sonidos de alarma en su explosivo vuelo con el PIOLÍO; voces guerreras y desafiantes en el DAR DE PIE; sonidos de insulto y provocación para aquellos que osan invadir su querencia con las PITAS ó PIÑONES; invitación para hacer el nido en un lugar elegido por el macho con sonidos dulces y seductores, especificados en el LLAMAR A NIDO; gestos de nobleza, mansedumbre y tranquilidad por la que atraviesan, empleando los distintos GUTEOS... y así hasta un total de 25 recursos sonoros... que empleará según las circunstancias y situaciones en las que se vea inmersa.

FOTO: JAVIER PRIETA. «Se trata de una auténtica perdiz de alta montaña fotografiada en Gredos cacereño, en un piornal a casi 1.500m. de altitud y que poco después escapó del ataque de caza de un águila calzada».
Cuando canta la perdiz... el perdigonero sabrá apreciar los distintos tonos, matices que conforman cada uno de los cantos y sonidos empleados por su reclamo, recursos sonoros que empleará el llamado pájaro catalogado como excelente, de forma oportuna en cada puesto presentando batalla, contienda... a los machos... y mensajes de conquista y seducción a las hembras... que camela desde su atalaya.
Cuando canta la perdiz... y el aún somnoliento perdigonero camina entre los sombras de las noche para dar el puesto de alba, sabe, por los mensajes sonoros que emite cada perdiz en su territorio o querencia, la densidad y el estado de celo que tienen dado los mensajes guerreros que pregonan a los cuatro vientos, queriendo señalar con ello que defenderán con arrojo y valentía la incursión, u ocupación de otros pares, en aquel terreno que les pertenece.
Cuando canta la perdiz...

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